El método que hace posible que los encuentros de Andorrita tengan magia.

Mis amigos del CRE de Andorra me sugirieron escribir una crónica sobre el último evento de Andorrita. Y no lo voy a hacer. 

Porque este artículo acabaría así de rápido, de hecho, es lo mejor que puedes leer sí quieres la crónica: 

━Asistieron más de cincuenta personas, la mitad no sabían ni a lo que iban, eso sí, como en todos los encuentros, nos lo pasamos genial y acabó con este grito de guerra ya muy mío: ¡Gracias a todos por iros a vuestra casa! El MoraBanc Andorra ⎼el equipo de baloncesto de Andorra⎼ estuvieron espectaculares, nos llevaron sin movernos de nuestro sitio a la Bombonera, días después lo hicieron físicamente y vimos juntos un partidazo. Además, el encuentro lo compartimos con el techo del equipo, Felipe Dos Anjos, que no sólo impresiona por su altura sino por ser más majo que las pesetas.

Pues ahí va la crónica. Hale, ya puedes aprovechar el día, y hacer otras cosas. Pero, si de verdad quieres que te cuente la chicha de Andorrita, lo que nadie sabe, te invito a que te quedes un ratito conmigo y sigas leyendo...

Soy estadística, aunque nunca he ejercido porque a mí lo que me gustan son las personas, de ahí que mi carrera profesional haya estado vinculada con la experiencia del cliente y también con los procesos.

Esto último formada con metodología japonesa, donde me cambiaron totalmente ese concepto español ⎼muy español⎼ de lo que está bien, no se toca. Vaya si se toca, no sabéis lo que hacen los japoneses con esa frase: ¡se la meriendan! Ellos dicen, lo que está bien se mejora siempre, en japonés es kaizen.

Si voy a un restaurante, inmobiliaria, banco, gimnasio…, lo que sea que ofrezca servicio a clientes, paso el escáner y en treinta minutos le podría hacer una propuesta para que ese establecimiento gane en fidelidad, recomendación y ⎼claro⎼ en facturación. Es por culpa de los más de quince años que estuve machacando en la mejora de las cosas.

Vale, ya voy a contarte lo que quieres, pero antes un poquito de antecedentes, que si no no me entero ni yo. En el anterior artículo, te conté porque nació Andorrita, y en este te contaré cómo se hace.

Como la cabra tira al monte, aplique la manera con la que siempre he trabajado, es decir, con procesos. Escogí un producto mínimo viable, esto en cristiano significa que comiences siempre por lo más sencillo que pueda aportar valor, y una vez que comprobé que funcionaba, pues aplique kaizen. Y de esto nació un método.

Yo lo llamo el método A.D.A., es igual de mágico que Campanilla de Peter Pan, pero se escribe sin hache. A.D.A. es alegría, desapego y arrojo.

Es alegría porque visualizo cómo quiero que sea el encuentro, me lo paso genial preparándolo; es cierto que no con todas las partes del proceso, algunas no me gustan y en otras partes cuento con fantásticos aliados que son fundamentales para que esto pase, y les estoy inmensamente agradecida: Aminda Saludes, @hivefive, y el Hotel Roc Blanc.

Fantaseo con cosas bonitas que pasan el día del encuentro y muchas al final suceden. ¿Sabéis esa sensación cuando escuchas tu canción favorita en la discoteca? Cierras los ojos, bailas, cantas, y eso que sabes que se va a acabar, pero ¡ostras!, cómo aprovechas y disfrutas de esos minutitos, ¿verdad? Pues justo es lo que yo experimento con los encuentros.

El desapego viene porque yo lo hago con todo mi amor, mi mejor intención y pongo toda la acción, pero no pretendo ganar nada con los encuentros, ni emocional, ni material. Sí, señores y señoras, con este proyecto no gano dinero, aunque es cierto que recibo otro tipo de abundancia, solo quiero disfrutar al máximo el momento.

No me preocupan cuestiones como el llegar a un número concreto de asistentes, aunque si me ocupo que los que vengan se sientan genial. Tampoco si se celebra un día u otro o si un mes no hay encuentro, o si escucho el silencio de los propietarios de espacios a mi propuesta de celebrar allí un Andorrita.

No me mortifico pensando que a todos les guste esta idea o mi manera de llevarlo a cabo. La verdad es que esto no suele pasar porque casi todos repiten y vuelven a otro encuentro. Yo me divierto igual, porque hace no mucho aprendí que mi felicidad no depende de nadie, solo de mí.

Y, por último, el arrojo es consecuencia de las anteriores, si mi único fin es pasármelo bien y me da igual el resultado, pues eso me hace ser más valiente, tener arrojo. Ya sé que ahora no me vais a creer, pero no soy nada echá pálante, lo que me cuesta a veces hacer las cosas que requiere Andorrita no lo sabe nadie, nada más que la que está aquí escribiendo.

Venga, que ya voy al meollo, os contaré como preparé el último encuentro. 

Pues veréis, después de diez encuentros y con más de doscientas personas que han pasado por alguno de ellos, a mí, el cuerpo me pedía un puntito más, ofrecer algo de Andorra, que para mí es clave, porque la misión de Andorrita es conectar con Andorra también. Así que, como aficionada al baloncesto me pareció increíble poder contar el Morabanc Andorra.

Pues con alegría me imaginé que venían, compartían y disfrutaban el encuentro. Soñé que podíamos teletransportarnos a la Bombonera, y no solo sentirlo sino que quizás podríamos vivirlo algún día de verdad e ir todos juntos. Y ya que estamos ⎼pensé⎼ sería una sorpresa increíble para todos los asistentes que llegará de repente el jugador más alto ⎼y simpático⎼, y que pudiéramos conocerle y charlar con él.

Así de precioso estaba quedando todo en mi imaginación, pero con desapego me dije: ━Si no vienen, pues también estará bien, porque las personas que van a Andorrita son ya espectaculares.

Así que utilice mi arrojo y se lo conté a Gaby, que es el alma del Morabanc Andorra, le dije: ━Oye Gaby, estaría genial que veneráis al encuentro y que pasase esto y lo otro, y lo de más allá.

Y todo quedó mucho más bonito que en mi imaginación, con la preciosa energía de todos los que asistieron, de esas cincuenta personas interesantes y talentosas que van a Andorrita, se hizo la magia, la magia de ADA.

Puedes encontrarme en: hola@andorrita.com | www.andorrita.com

 

 

 

 

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