Tres síes y tres noes para vivir en Andorra

Si pregunto las razones para venir a vivir a Andorra, a nadie le sorprenderá que la fiscalidad estará entre las opciones más votadas, pero ¿sería esa una razón poderosa para quedarte? Ahora lo vemos
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La fiscalidad “amable” de Andorra, con su tasa impositiva máxima de un 10%, es posible por la dimensión del país, por no tener claras ineficiencias, y seguramente por otros factores. Aunque te aseguro, que está muy lejos de ser un paraíso fiscal, ese cartel que se colocó a Andorra, y que ahora además de estar muy pasado de moda, es tan injusto como incierto. En mi opinión, la fiscalidad no va a ser la razón por la que te quedes a vivir, sino la razón para venir hasta aquí.

Continuamos con esa lista a los tres síes” para vivir en Andorra. Y sin duda disfrutar de vivir en plena naturaleza, estar en lo mejor de los Pirineos, rodeados de montaña, ríos, el aire que se respira, las pistas de esquí, caminos para pasear… Puedes disfrutarla de tantas maneras, tan fácil y accesible, que como dice el gran Joaquín Sabina, me sobran los motivos.

Otro punto estrella es vivir en uno de los países con mejor índice de seguridad y civismo del mundo. Déjame que te cuente una anécdota para poder explicarme mejor:  cuando salía a cenar con mis amigas en Madrid, a la vuelta no faltaba un whatsapp de todas, y si no allí no se iba a dormir nadie, diciendo ━estoy bien, ya he llegado, como si fuera aquello Los juegos del hambre, pero lastimosamente es así.

Aquí, el primer día que salí a cenar con un grupo de chicas, hice lo mismo, le envíe a cada una el mensaje confirmando que estaba bien. Las respuestas, fueron de todo tipo: ━¿Te paso algo?, ya estaba durmiendo (nota mental: aquí la gente llega enseguida a casa); ━Perdona, no te entiendo (pues que he llegado sana y salva, ¿y tú?); ━Te has equivocado, este mensaje no es para mí (pero si acabamos de cenar juntas, y antes de dormirme necesito saber si has llegado bien). La mayoría ni me contesto, y después entendí, This is Andorra. Aquí no suele pasar nada, de nada, el bolso puede ir suelto, no hace falta que te lo incrustes en el cuerpo. Cuando paseas, no pongas esa miradita Kill Bill a las personas, relaja y sonríe. Los niños en el parque juegan, no vas a entrar en modo histeria si dejas de verlos tres nano segundos, porque estarán bien.

Continuo con el civismo, es extraño ver calles sucias, un papel en el suelo o una deposición de perro. Aquí, hacer el idiota, pasa factura, en todos los sentidos, hubo una noticia (Detinguts dos turistes espanyols per les pintades a Encamp) de unos chavales no residentes, que se divirtieron haciendo pintadas en Encamp, no pensaron que las cámaras les grabarían, menos que a las horas estarían detenidos, ni por asomo que pasarían una noche en comisaria, y solo termino su pesadilla cuando tuvieron que pagar una multa de muchos miles de euros, 18.000 € para ser exactos.

Podría seguir con las razones positivas: sistema educativo, sanitario, y para mi destaca como punto fuerte la cultura de Andorra: arte, actividades, tradiciones, museos, gastronomía.

Pasamos ahora al otro lado, al lado oscuro de las razones por dar un “no” a Andorra, y sin duda, las comunicaciones deben pertenecer a esa lista. Andorra está lejos de todos los sitios. La mayoría nos movemos por carreteras de montaña, con un carril por cada sentido, y esto hace que los traslados sean lentos y peligrosos. Te dejo un dato estadístico: el 77% de los accidentes se producen en carreteras convencionales, y aquí no va a llegar una autovía, sencillamente porque no interesa. Por tanto, por estadística tenemos más papeletas de sufrir un accidente. Otro medio de transporte es el avión, que bienvenido sean los vuelos de La Seu a Madrid, pero está lejos de ser hoy una alternativa por la frecuencia, el coste, y porque solo puedes ir a la capital de España. Se habla de un proyecto ferroviario, pero es el sueño (precioso) de unos pocos.

Mi segundo “no”, es a la oferta comercial, lo primero que quiero dejar claro es que aquí no falta de nada, y los productos son de calidad, es decir, no vivimos en ningún desierto comercial. Pero echo de menos, más oferta, más variedad, y la competencia suficiente para encontrar un mercado más dinámico, que sienta que están “peleando” por ganarse el cliente y su satisfacción, y sobre todo que nos sorprendan con ideas nuevas.

Y dejo para el final, el tema que me toca el alma, la sociabilización. Aquí reina la amabilidad en cualquier sitio donde interactúes con personas, pero lo mismo que digo eso, te cuento que encontrar un entorno social puede ser complicado. Si eres recién llegado, yo te recomendaría que no descuidarás este asunto, porque es el único “no” que tiene Andorra que puede ser reversible. Nada vas a hacer con las comunicaciones o con los comercios, pero si puedes darle la vuelta a la tortilla a este tema.

Aquí, hay un síndrome, y es algo contrastado incluso con psicólogos, yo lo llamo el “síndrome de las montañas”, y tiene la característica de ser la combinación de algo físico y psíquico. Lo físico viene por no ver horizonte, el ver continuamente las montañas puede producir sensación de seguridad, pero a veces de ahogo. Si esto pasa cuando estás en un momento emocional más melancólico, esta tristeza se va a agravar seguro, y cuesta salir, a algunos tanto que tomaron la decisión de marcharse de Andorra. Por eso, pon conciencia a este tema porque no es ninguna tontería.

Podríamos seguir hablando de pros y contras, y encontraríamos seguro más razones para evaluar cómo es la vida en el Principado, pero seguramente tengas cosas que hacer y no quiero entretenerte. De cualquier modo, me encantaría conocer tu punto de vista, y si quieres compartirlo conmigo, me podrás encontrar en...

hola@andorrita.com www.andorrita.com


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